—¿Oyes los corderos, Clarice?
—Sí.
—¿Cerca?
—Sí.
—¿Te has vuelto a dejar el corral abierto?
—¡Uy!
—Te mereces lo que te pase
—¿Oyes los corderos, Clarice?
—Sí.
—¿Cerca?
—Sí.
—¿Te has vuelto a dejar el corral abierto?
—¡Uy!
—Te mereces lo que te pase